Como en el anterior equinoccio, el día y la noche son iguales y estamos de nuevo en un punto de equilibrio. Pero este equilibrio esta a punto de inclinarse hacia un periodo de decadencia e inactividad. También relacionada con Mabon, la deidad de la naturaleza. Es el momento de equilibrio entre el día y la noche, el pasaje como llaman los celtas.

Mabon se relaciona con la Madre, con la familia y con la comunidad. Es el momento de agradecer por las cosechas. Es el momento en que uno va a adentrarse en el interior de uno mismo, el momento de la reflexión. No olvidemos que las cuatro estaciones están en la psiquis y también en cada día de la vida.

Las cosechas se han recogido y almacenado, y los árboles y setos están cargados de frutos. Es un tiempo de preparación al descanso, reflexión, dar gracias y prepararse para el invierno.

El otoño se relaciona con el elemento agua, son las emociones. Representa el mundo del sentimiento, también los sueños y todo lo que tenga que ver con los líquidos. De ahí la melancolía otoñal y demás emociones asociadas con la estación. Representa también el caer la tarde.

En el ciclo de nuestras vidas hemos alcanzado la sabiduría de la edad. La batalla ha pasado y podemos descansar y hacer balance, viendo que aspectos de nosotros mismos son de perdurable valor; así como que aspectos no necesitamos.

Es decir: “Separamos el grano de la paja”

COMO SE CELEBRABA ANTIGUAMENTE

Estamos en la mitad del otoño, la luz y la sombra duran el mismo tiempo. El Equinoccio de Otoño se celebra el día 21 del décimo mes lunar, representa el agua.

Aunque no es una de las festividades principales, existen diversas ceremonias para celebrarla. Una de ellas es la recogida de la última cosecha.

Es una ceremonia especial pues el último haz de la recolección tiene un fuerte simbolismo, por lo que la elección de la persona que debe hacerlo es de suma importancia.

Al final del ritual como en cada celebración el clan se reúne para comer y beber en armonía.