En la antigüedad las parejas que querían unir su vida realizaban un rito matrimonial llamado handfasting o unión de manos.

Este era relevante para la pareja, comunidad y familia durante el tiempo que durase el amor.
Se solía realizar en dos partes.

En la primera parte la pareja se comprometía durante un año y un día. Pasado este tiempo se reafirmaban los votos, siendo validos por el tiempo dicho anteriormente.
 
En un rito matrimonial celta, la o el oficiante se pone de acuerdo con la pareja explicando en que consiste el evento y la variedad de modos a realizarlo.
La pareja elige el que considera oportuno y se concreta el momento y el como.

Durante el rito, se puede realizar en el exterior (naturaleza) o en el interior o templo sagrado.

La pareja realizara los votos (escrito personal, poemas o citas) que consideren apropiadas para el evento. Los invitados y familiares cercanos (padrinos-madrinas) también tendrán parte activa en el y los familiares más ancianos (abuelos-abuelas) ocuparan un lugar de honor en el acto dando su consejo y bendición a los contrayentes una vez finalizado.

Antes de darlo por finalizado la pareja decidirá en que fecha (después de un año y un día) se reafirmaran los votos o se disolverá dicha unión.
Este ritual es tan legal como el realizado en cualquier otra espiritualidad, y como en ellas, para considerarse socialmente casados deberán inscribirse en el juzgado que les corresponda.