Tenemos miedo de la vida; tenemos miedo de la muerte....

Por desgracia esto nos sucede por no entender que nuestra grandeza reside en que nuestra esencia es la vida misma. Venimos de la vida (el vientre de la Madre) y volvemos a la vida (el útero de la Anciana), y ello  es una realidad de la que no podemos escaparnos, una realidad que confirma... que estaremos siempre vivos.

La espiritualidad Celta considera que nosotros no poseemos nada, ni nuestra alma, ni la tierra, ni aspecto alguno de la creación. Ellos pensaban que somos custodios de la Tierra y de nuestra vida en ella. A nosotros nos corresponde conservar la vida, pero NO poseerla.

Los Celtas creían  que la vida no termina cuando morimos. La vida siempre ha fluido y fluirá a través  de nosotros tengamos forma o no. Existimos desde siempre y seguiremos existiendo para siempre. No existe la muerte, no hay un final, estemos en la materia  o en el espíritu.
Si sustituimos la palabra muerte por transición, quizás podamos entenderla con más claridad, evitándonos el miedo a lo que consideramos el gran final.

 

La Espiral Celta o la Rueda de Plata de la vida, muerte, vida, nos habla del movimiento y el cambio, del desapego de la propia experiencia (vida) para entrar plenamente en otra experiencia (vida) igual de misteriosa atravesando el pasillo de lo que consideramos muerte.

 

En este curso aprenderemos a conocer la muerte desde una perspectiva diferente,
Nos abriremos a ella, reconociéndola como parte importante de la vida, como un viaje que tenemos que realizar para estar completos.
Meditaremos sobre nuestra propia mortalidad-inmortalidad, atravesando los umbrales de nuestra existencia terrenal.
Conoceremos el papel fundamental de los elementos en nuestro cuerpo para preservar la vida terrenal, así como el abandono de ellos en el momento del Gran Tránsito.
Y adquiriremos herramientas para aprender a vivir conscientemente y así poder morir conscientemente, liberándonos de los miedos y los apegos que según mi opinión nos ata a situaciones y posesiones que no son nuestras...que solo son préstamos.

La única verdad  es la muerte...la única verdad es la vida.

Bendiciones